Las torrijas, al igual que los pestiños, son un dulce tradicional típico de la época de Semana Santa. Ya en la cuaresma las cocinas de las abuelas y las pastelerías comienzan a oler a limón y canela, a pan frito y a miel. Eso es que ya se ha comenzado a preparar las torrijas.
Como
ya sabréis, las torrijas son un dulce
hecho a base de pan frito mojado en leche o en vino, bañadas posteriormente en
miel, azúcar y canela. Son tiernas y deliciosas, y si te empalagan
demasiado puedes optar por rebajar las cantidades de miel y azúcar.
Las
torrijas de toda la vida se hacen con
pan del día anterior, ese que ya se va poniendo duro. No obstante, en
estas fechas salen al mercado panes de
molde especiales para torrijas. Si no lo encuentras, el pan de molde
especial para sandwiches o el tipo rústico van muy bien también.
Por
cierto, al igual que los pestiños, las
torrijas también se vienen usando para hacer otros postres.
Ingredientes: 1 barra de pan del día anterior, 1
litro de leche, 2 ramas de canela, 1 corteza de limón, 10 cucharadas de azúcar,
2 huevos, aceite de oliva, canela en polvo, miel
Preparación: Ponemos a cocer la leche con la canela y la
corteza de limón durante unos 5 minutos, añadimos el azúcar y disolvemos bien. Cortamos la barra de pan en rodajas de unos 3
o 4 cm. de grosor y las colocamos en una fuente un poco honda. Se cubren con la leche hasta que se empapen
bien para que no queden secas. Las rebozamos con huevo y las freímos
vuelta y vuelta en aceite bien caliente en una sartén hasta que estén doradas. Las colocamos sobre papel absorbente
en una fuente. Retiramos el papel y aún
calientes las espolvoreamos con azúcar y canela y las cubrimos con miel
aclarada con un poco de agua.
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